sábado, 19 de enero de 2019

De fechas y señales

"Y estas señales acompañarán a los que creen..."

El 24/12, en vísperas de Navidad, escribí un posteo titulado: "La Fe es dadora de sentido". Allí contaba lo siguiente: "Lunes 24/12, por la tarde. Tenía ganas de alguna lectura más espiritual. Iba a comenzar a buscar y recordé otro de los libros que estaba en esa mesita. Era el libro que Mary estaba leyendo y que nunca terminó. En su momento me llamó mucho la atención el título: “Camino a casa. Un viaje espiritual”. A dos semanas de su partida subí la foto del libro a instagram y puse: “El libro que estaba leyendo Mary antes de partir... No lo terminó, pero pudo vivirlo.”."
Hoy, 19 de enero, casi un mes después, terminé de leer aquel libro.
Y en aquel escrito, narraba que "recuperando el comienzo de este escrito sobre la fe y el sentido, le pedí a Mary, especialmente en esta Navidad, que siga con sus “guiños y señales que me sostienen en la fe y la esperanza”. Ya van muchos guiños y muchas señales, que en su mayoría ni siquiera aparecen en este “Diario de Alguien que Espera”, pero ayudan a seguir sintiéndola viva, cercana y presente entre nosotros.

Fue así que comencé a leer el libro. Es un diario, también, como el que yo estoy escribiendo ahora. Pero se me aceleraron los latidos del corazón cuando ví en qué fecha empezaba: 13 de agosto...

Y recordé cómo empezó este diario. Fue a partir de otro diario, de Ella, que comenzaba un 15 de agosto.


13/8: última vez que hablamos, antes de que se quede dormida para siempre.

15/8: primer día sin Ella físicamente entre nosotros.


Leí las primeras páginas del libro, hasta llegar al 15/8. Y ahí fuí a releer mi posteo titulado “Diario de Alguien que Espera con FE”. Allí había escrito lo siguiente: “De inmediato fui a mediados de agosto y me encontré con que el 15/8 habías escrito, en lápiz, de puño y letra, “(comienzo)”. Evidentemente marcaba el comienzo de tu lectura. Pensé que se refería solamente al comienzo de aquella lectura para el “Diario de alguien que espera”. Después, no nos adelantemos mucho, comprendí que era el comienzo en cuanto que leías ese libro por primera vez un 15/8. Hoy creo que esa palabra, “comienzo”, tiene múltiples significados para vos, para mí, para nuestros hijos... ”. Ahora veo que el primer capítulo de “Camino a Casa. Un viaje espiritual” es directamente el diario que inicia un 13/8 con el siguiente título: “Un nuevo comienzo”."
Quizás nunca conté, al menos en detalle, lo central en nuestras vidas que fueron siempre los días de mediados de agosto.
14 de agosto de 1997: fallece mi abuelo Antonio de cáncer. Uno de los días más dolorosos de mi vida, seguramente por mi edad y el vínculo que había entre nosotros. En aquel entonces jamás imaginé que, 21 años después, también un 14 de agosto se convertiría en el día más doloroso de mi vida cuando Mary, mi amiga, novia, esposa, madre, amante y fiel compañera parta de este mundo también por culpa del maldito cáncer.
15 de agosto de 1997: esa mañana fue el entierro. Por la noche, y con el corazón dolorido, fui a la reunión de JuvenCor. Estuve en el mismo grupo con Mary. El tema era cuándo recurríamos a Dios. Justo venía de la muerte de mi abuelo por lo que el tema me llegó mucho. Ella, que hacía apenas una semana me había pedido que la acompañe después de las reuniones a su casa, metió la pata con un cartel que leyó en la fábrica de pastas de mi familia y tenía que ver con la muerte de mi abuelo. Cuando finalizó la reunión nos fuimos a cenar a la casa de uno de los pibes. Al finalizar nos volvimos caminando en grupo. Al dejar a mi mejor amigo en su casa, anteúltima parada del recorrido, quedamos solamente Ella y yo. Entonces, haciendo gala de caballero, la tomé del brazo para llegar caminando hasta su casa. Nunca la había visto con otros ojos hasta ese momento. Me sentía en las nubes. Caminaba como si fuese por el aire. Creo que Ella me iba hablando sobre algún tema de bueyes perdidos. No me importó. No podía escucharla. Ese día era la primera vez que llegaba tan tarde a mi casa y encima enamorado.
15 de agosto de 1998: si bien estábamos por cumplir 6 meses de novios, decidimos con Mary festejar nuestro primer aniversario de amistad. Y de ahí en más, todos los años, celebramos nuestra amistad cada 15 de agosto. Aquel día, recuerdo, fuimos a la Plaza San Pedro a tomar unos mates. Escribimos en unas hojas todo lo vivido juntos hasta ese día y nos hicimos algunas promesas vinculadas a nuestra pareja y nuestra futura familia. Y lo enterramos bajo un árbol, nuestro árbol, cuya ubicación sigue siendo algo nuestro y un secreto bien guardado que nadie conoce. ¿Quieren saber cuál es? Olvídense...
Cuando el 13 de agosto Mary dormía plácidamente, en un coma profundo, intuí que la fecha de su partida sería 14 o 15 de agosto. Siempre dijimos que mi abuelo Antonio, con su partida del 14/8, nos había hecho gancho para que el 15/8 empecemos a ser amigos. Y realmente lo creíamos. Ahora le tocaba a Mary su partida y un nuevo comienzo para todos era inminente.

Hoy, luego de una interesante y fructífera lectura que tuvo mucho que ver en mi nueva etapa dentro del proceso del duelo, llego al final del libro. Y la última fecha es 8 de julio. Un 8 de julio de 2004 nos casamos por civil y la jornada siguiente (9/7) sería uno de los días más felices de nuestras vidas: nos dimos ese sí eterno ante la familia, los amigos y, principalmente, ante Dios. El título, ese último título, es "Cuando la tristeza y la alegría son una sola". Y no hay mejor síntesis que esa. En aquel "Diario de Alguien que Espera", del que nace este blog, que Mary me escribió ante una de mis partidas, ¿casualmente? un 15 de agosto de 2002, Ella decía lo siguiente: "al saber que se iba me entristecí un poco porque no iba a tenerlo, pero ahora al saber que para él es lo mejor me alegro con él y por él". Tristeza y Alegría. Pero hay más. Lu, como símbolo que la represente en su bandera de egresados, eligió las máscaras de la Comedia y la Tragedia. Y Nico, en un dibujo libre con su psicóloga, dibujó un rostro cuya boca eran dos mitades, una sonreía y la otra estaba triste. Y yo, como para graficar mi estado de ánimo hace exactamente un mes, encontré una imagen de la pelicula "Intensamente" donde Alegría le daba a Tristeza una flor que estaba naciendo. Tristeza y Alegría. Tristeza por su partida, porque ya no está físicamente con nosotros, pero Alegría por su Felicidad en Dios, porque nos seguimos amando y, de una manera novedosa, seguimos compartiendo la Vida.
Y en ese último escrito del diario de Nouwen, dice:
"A las siete de la tarde, celebré la Eucaristía... Ella estaba sentada... estaban alrededor de Ella". Es casi la descripción de lo que vivimos en casa aquel domingo 12 de agosto.
"Me sentí inmensamente agradecido... simplemente lloraba por mí... Cuando miré sus ojos mientras nos abrazábamos, sentí una comunión que hería en lo más vivo. Sentí tristeza y alegría a la vez... experimentaban profundamente el sentimiento de dolor y de alegría".
 "Quería que Ella sintiese que, aunque algo estaba terminando, algo también persistiría".
"Hemos celebrado la eucaristía juntos... muchas veces desde ese día. Se ha formado un vínculo, un vínculo que perdurará, un vínculo que también hace que esta despedida sea muy difícil... daba un poco de alivio al dolor. Ella no dejaba de decirme: No va a ser fácil, pero te va a ir bien. Estaba contento que mi partida fuese, en realidad, hacia el lugar a donde ella más quería que fuese. Mientras nos abrazamos, sentí una profunda gratitud por el hogar que Ella me brindó y la gran alegría de que, en ese hogar, haya podido escuchar, tan claramente, el llamado de Jesús a seguirlo a un nuevo lugar".
Pero terminado el Diario, no terminó el libro. Hay un epílogo. Porque lo que parece el final, no es el final. Hay algo más. Allí nombra que, en agosto, en su nuevo lugar, lo primero que le pidieron fue cuidar a Adam. Esa relación daría como fruto otro libro que ocupa un lugar muy importante en la historia de nuestra vida con Mary, y que ya comenté en otro escrito. Y, como para ir cerrando el libro, cuenta tres promesas que hizo: 1) rezar más 2) conocer mejor a su comunidad 3) seguir escribiendo. Y en eso estoy...
El último párrafo de "Camino a Casa. Un viaje espiritual" dice así: "Esto me lleva al final de mi diario... Cada vez es más claro para mí que Jesús me guió a donde nunca quise ir, me sostuvo cuando me sentí perdido en la oscuridad de la noche, y que me guiará hacia el día que ya no es seguido por otra noche. Mientras viajo con Jesús, Él sigue recordándome que el corazón de Dios es, en verdad, infinitamente más grande que el mío".

1 comentario:

  1. FE,ESPERANZA y AMOR,es la síntesis y el sentido de tu vida
    Gracias x enseñarme,cada día,lo verdadero de este pasar al LUGAR DEFINITIVO donde sólo perdurará EL AMOR

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