sábado, 28 de septiembre de 2019

Las Exigencias del Amor

Tengo dos veces el mismo libro. Ambos son regalo de mi viejo, con 8 años de diferencia. Quizás en el 99 no se acordó que me lo había regalado en el 91. O pensó que ya no lo tenía. O quiso insistir con el mensaje. Él u Otro... u otra desde la eternidad. Lo cierto es que recién hoy, tantísimos años después, lo leí. A mis 11 o mis 19 no habría entendido lo que sí comprendo hoy con 39 sobre "las exigencias del amor". ¿Por qué mi viejo me hablaba de los "sufrimientos que te lleguen" a mis 11 años? Leer palabras tales como "camino", "huella", "esperanza", "fe", "amor", "felicidad", "sueño", "señales" me ayuda a seguir peregrinando... "Es realmente duro vivir ciertos momentos de nuestra existencia sin comprender el para qué de los acontecimientos". Pero siempre está Dios que acompaña y no defrauda. Hermoso libro para esta etapa de mi vida. Gracias!

viernes, 20 de septiembre de 2019

Creer en la Primavera

No alcanza con la poda para que florezca; es imprescindible que llegue la primavera.
Ante el dolor de las ausencias, en medio del sufrimiento, hay que animarse y arriesgarse a creer en la primavera.
Pasó agosto, y ya estamos en septiembre.
👣💕🌹 — con María Elena Chaves.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Es tu ausencia que se hace presente

Y en ese simple acto rutinario de poner la mesa, al contar 3 platos y no 4 ya te empiezo extrañar. Pasó más de un año de tu partida pero cada vez que me voy a acostar por la noche, o que me levanto por la mañana, la mitad de la cama vacía me recuerda que no estás. Cuando me encuentro tomando un mate por la tarde sin tener con quién compartirlo, con quién charlar... todavía me angustio. O cuando pienso en las vacaciones y caigo en la cuenta que no vamos a poder planificarlas juntos, que no vamos a poder compartirlas, que no vamos a... Se me hace un nudo en la garganta y se me inundan de lágrimas los ojos. Es tu ausencia que se hace presente. Porque seguís estando en mi pasado pero me duele no verte en mi futuro. Y lloro. Y me angustio. Y me duele. No tanto como antes, pero todavía. Quizás no tan seguido, ni tan extenso, pero posiblemente más intenso. Y te hablo. Y te cuento. Y te consulto. Y te pido. Y te imploro. Y me voy calmando... Porque te siento cerca. No como antes, no como quisiera, pero seguís estando. A tu manera. Y te doy las gracias. Y sigo caminando siguiendo el rumbo que soñamos juntos, estrella mía, impulsado por nuestro amor.