sábado, 19 de enero de 2019

El camino de los vínculos afectivos

El duelo no es sólo tomar conciencia de lo que se ha perdido, sino una invitación a ser agradecidos por lo que nos ha quedado. Para la mayor parte de la personas, la familia y sus componentes (es decir padres, hermanos/as, cónyuges, hijos, nietos) representan el núcleo vital de referencia en la elaboración del duelo..
Es claro que cada uno crece en una familia diferente: algunas son familias numerosas, otras bien pequeñas, en algunas se respira un aire sano y de cercanía entre sus miembros, en otras prevalece la frialdad y la distancia interpersonal, algunas son comunicativas y abiertas a la sociedad, otras tienden a cerrarse y aislarse.
El clima familiar favorece o impide el proceso de recuperación de las experiencias dolorosas.
Además de la familia cada uno tiene la oportunidad de apoyarse en amigos y confidentes, que son a menudo personas no condicionadas de la dinámica familiar y son más libres para sintonizar con las necesidades del interlocutor. El poder contar con amigos facilita la expresión de pensamientos y sentimientos permitiendo espacios y tiempos de recuperación y relax.
Un tercer horizonte de apoyo está caracterizado por el apoyo recibido de algún colega del trabajo o de los componentes de un grupo, comunidad o asociación de pertenencia.
A veces las situaciones dolorosas favorecen encuentros imprevistos que llevan a nuevas relaciones afectivas, que atenúan la soledad y abren nuevas puertas para el mañana.
P. Arnaldo Pangrazzi.

PARA REFLEXIONAR...
Nos encontraremos en la eternidad....?
Sí.
El amor nos va a reconocer y a encontrar.

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