sábado, 21 de marzo de 2020

Feliz Cumple



"Cuántos cumplís no sé si decirlo, pero la mayoría juntos", dice ese posteo que me hizo Mary en mi último cumple compartido con Ella. Releo y lloro. Porque el año próximo esa afirmación perderá sentido. Cuando nos conocimos yo tenía 17 y compartimos más de 20 años de vida. Pero ya es el 2do cumple sin Mary físicamente entre nosotros. El tiempo pasa y Ella ya no está. O al menos no está de la forma que yo quisiera, porque soñábamos con envejecer juntos.
Sin embargo ese deseo de felicidad que Ella me regalaba sigue presente. Lo siento. Y doy gracias. Y lo intento. Y lo volvemos a intentar. Y seguimos caminando... Como escribí hace exactamente un año: "Mary sigue estando, y no sólo en fechas especiales. Seré por siempre el que soy porque fui 20 años con Ella. No es sólo recuerdo del pasado sino presencia agradecida. Muchísimas veces me encuentro siendo mejor de lo que era por haber compartido la vida con Mary."
Y reviso en el blog para ver todo lo que escribí el año pasado. Y vuelvo a leer...

Mi primer cumple sin Mary

¡Feliz Vida! 

Video por mis 39

domingo, 15 de marzo de 2020

Te Amo

Creo en las señales. No sé desde cuándo pero sé que no es desde siempre. Mi exceso de racionalidad ha ido dando lugar en los últimos años a una presencia cada vez mayor de lo sentimental. Y más: me he dado cuenta que mi prédica contra el materialismo era principalmente contra mí concepción del mundo vivida y también ha dado resultado.
Las señales me hacen creer que existe el sentido. ¿Todo tiene sentido? A veces parece que no; otras que sí. La posibilidad de que nada tenga sentido también es real, aunque abrumadora. Quiero creer que hay sentido y las señales son de gran ayuda. Que sea una expresión de deseo no es argumento a favor de la existencia del sentido... pero tampoco un golpe concluyente en la dirección contraria. Es una apuesta. Y justamente estoy leyendo una novela donde el tema central pasa por ver mensajes ocultos donde otros no ven nada y, más aun, descifrarlos.
Pero, ¿a qué viene toda esta introducción?.

Hoy es 15 de marzo. Hace 22 años pronuncié “te amo” por primera vez. Creo no habérselo dicho nunca a mis padres, hermanos ni otra persona. Tal vez lo escribí, pero tampoco lo recuerdo. Pero ese 15 de marzo de 1998 lo dije. En voz alta. Me salió, juro que me salió. No lo tenía pensado. Nunca había reflexionado al respecto. Y sin embargo esas dos simples palabritas se convirtieron en una fórmula mágica.
Por esa razón esta fecha es especial para mí. Para Ella también lo era. Y vengo debatiendo conmigo mismo desde ayer si escribir al respecto o no, si publicar algo o no. Ayer se cumplieron 19 meses de Su partida por lo que el proceso de duelo viene muy avanzado. ¿Escribo o no? Si escribo, ¿lo publico? Muchas horas dándole vueltas al asunto. Finalmente había decidido que no. Sólo recordarlo. Nada de escribir y menos de publicar. Pero... Siempre hay un “pero”.

Hace un rato prendí la notebook para descargar algunas cosas del celu. Esta notebook, donde estoy escribiendo, la tengo desde hace unos años. Me la regalaron para mi cumple. Desde aquel primer inicio está vinculada a mi cuenta de correo y se ingresa con las misma contraseña. Nunca la cambié ni me lo pidió. Hace apenas un rato, de memoria, intenté ingresar y me dio error. Volví a escribir la clave y error nuevamente. Probé revisar la mayúscula, teclear despacio y de manera conciente, y hasta hacerla visible para chequear. No había dudas. Mi contraseña, la de siempre, está bien escrita. ¿Qué pasó? Me pongo a googlear y leyendo uno de los posteos caigo en la cuenta que debiera probar desde otro dispositivo si puedo entrar a mi cuenta de correo. Porque ese es el usuario y la contraseña, ya que están vinculadas.
Me disponía a hacerlo cuando... ¿Señal? Recuerdo que la contraseña de mi correo sí la había cambiado, pero nunca impactó en el inicio de mi notebook. Decido probar y... ¡magia! La clave del mail me permitió ingresar. ¿Cómo puede ser? A la mañana ingresé con la contraseña de siempre. Horas después me decía que era incorrecta. Y pude ingresar con la clave del mail que hace bastante tiempo había cambiado. ¿Por qué hoy?.
Señales. La clave de ingreso a mi notebook era una de las más usadas por mí hasta hace dos años. Hoy solamente quedaba como inicio de mi notebook. “Chavesteamo” y una serie de números y caracteres. Pero desde siempre escribí “Chavesteamo”. Cada día desde que tengo la notebook. Muchísimas veces desde antes. Pero hoy, a 22 años de decirle a Ella mi primer “te amo”, deja de funcionar para llamarme la atención. Señales. ¿Cómo no escribir, entonces? Señales.

Tengo mucho para escribir. Recuerdo con gran nitidez aquella noche, quizás más por recordarla cada tanto que por el momento en sí. Pero no voy a narrar lo sucedido ya que Ella lo hizo muy bien y prefiero releer sus palabras. “"El 15/03 pasó algo que le dio un giro inesperado a nuestras vidas. Cuando volvíamos de Misa nos quedamos en la puerta de mi casa charlando como siempre de muchas cosas y en un momento me dijiste por primera vez que me amabas. Yo no podía creer lo que me estabas diciendo y te pedí que lo repitieras una y mil veces. Ese día recuerdo que me sentía en las nubes. Fue para mí lo más lindo que había escuchado en mi vida y lo fue porque era de tu boca. Me acuerdo que cuando te ibas te pedía que me lo dijeras una y otra vez hasta que te enojaste y me dijiste que no me lo ibas a decir nunca más y me parece que mentiste un poquito (ja, ja).”.

Mientras escribía este posteo me llegó una solicitud de contacto en instagram: “mariposassimbolodelalma”. Ingreso y dice: “Acompañamiento en el duelo. Página para todos aquellos que están atravesando la muerte de un ser querido”. Señales.

Ya escribí. Lo voy a subir al blog intuyendo que, alguna vez, será libro. Esta vez no va a las redes pero quedará guardado como siempre, y para siempre, en mi corazón.

Y me despido como en tantísimas cartas, diciendo... Mary, te amo.