viernes, 18 de enero de 2019

El desapego, el a-Dios...

QUÉ DIFICIL ES EL DESAPEGO...

Hacer el Duelo… elaborar el Duelo… es trabajar el propio sufrimiento.
¿Qué hacer con nuestro sufrimiento? No podemos quedarnos en el sufrimiento, ni siquiera podemos hacernos victimas del sufrimiento. No podemos ni acercar ni permitir que el sufrimiento nos machaque, nos destroce, nos desestructure… incluso que rasgue nuestro núcleo familiar.
Tenemos que hacernos dueños de nuestro sufrimiento… tenemos que elaborar el sufrimiento… ¡Eso es el Duelo!
O yo domino al sufrimiento o el sufrimiento me domina a mí. Y sufrimos por varias causas… unas son pérdidas, pérdidas de todo tipo, culturales, emocionales, de bienes. Tenemos también sufrimiento por omisión, aquello que quisimos ser, tener y hacer… y no hemos podido… Tenemos también, el alejamiento de seres queridos en nuestra vida. Amigos de muchos años, matrimonios que se rompen, el divorcio, familias que se separan, familias que rompen sus lazos sanguíneos. Y finalmente…la gran causa del sufrimiento… ¡la muerte de seres queridos!
Y en todo esto hay un punto importante ¿Qué hago con mi persona ante el sufrimiento? Y por eso ya tenemos que tener una luz, una iluminación, una sabiduría. El sufrimiento no está ni arriba ni abajo, ni delante ni detrás de mí, no está en los demás. ¡El Sufrimiento no está en Dios… el Sufrimiento soy Yo!
Trabajar el sufrimiento es trabajar mi persona… ¿Qué hago con mi persona en el sufrimiento? Por eso puedo hacer muchas preguntas a Dios, a los demás, a la sociedad. Son preguntas que tal vez no tengan respuesta. En el sufrimiento me tengo que preguntar a mi mismo… ¿Cómo soy? ¿Qué soy? ¿Qué hago con mi sufrimiento?...
Voy a permitir que me destrocen, voy a permitir que me desestructure, voy a decir que nunca más voy a ser feliz. Voy a recrear un nuevo proyecto o me voy a morir con mis perdidas… con mis muertos.
Por eso… en la elaboración del Duelo, hay un aspecto fundamental que es… ¡El Desapego!
Nadie puede elaborar sus pérdidas de la muerte de sus seres queridos sin un sano Desapego. Y… ¿Qué es el Desapego? … Des – a – pego… ¿Qué es… dejar de querer? Murió mi ser querido… ¿Tengo que dejarlo de querer… para sanar?
Porque a veces escuchamos… “… no pienses tanto en ellos, no los recuerdes, porque vas a sufrir más…” ¡No! En el Duelo no es cuestión dejar de pensar en un ser querido que falleció… hay que empezar a pensar y a recordar sanamente, con aceptación, con madurez emocional-mental-valorica y espiritual. Hay que saber ubicar a nuestros seres queridos en Dios… hay que empezar a vivir la Resurrección de nuestros seres queridos y nuestra propia Resurrección en Cristo.
Hay que saber también… precisar cuál es nuestra actitud y saber decir ¡Adiós!... Quien no sabe vivir y encarnar un Adiós… nunca sanara ni sus pérdidas ni la muerte de sus seres queridos.
Por eso… reitero… ¿Tengo que dejar de pensar en mis seres queridos para sanar? ¡No!. Usted tiene que pensar, pero pensar con esa luz interior, con esta prudencia, con esta sabiduría.
Tengo que dejar de hablar… ¡No hables tanto! Porque si no hablas tanto y si no lo traes a tu mente no vas a sufrir… ¡No! … ¡Hable, desahóguese… pero hable con una luz interior que le permita decir Adiós… usted no está preparado para morirse con sus seres queridos. Usted está para estar y para vivir la Resurrección de sus seres queridos.
Por eso… usted no ha perdido a sus seres queridos. Sabemos muy bien donde están y con quien están. Por eso, sus seres queridos no son un recuerdo. Su ser querido no está en su muerte, no está en su recuerdo, ¡él está en Dios!
Su ser querido no es un pasado… ¡Nooo!... su ser querido esta por delante. Su ser querido no está abajo en el Cementerio.
Jesús no dijo “…Yo soy el Cementerio…”… Jesús dijo: “…Yo soy la Resurrección…”
Su ser querido esta ¡por delante de usted… en Dios… y en la Resurrección!
Por eso, es importante esto… DES – A – PEGO… saber decir ¡ADIOS!
Y el Desapego, quiere decir que si no lo recuerdo o no hablo de él… ¿También tengo que dejar de amar? …¡Nooo! Desapegarse no es dejar de amar, sino que es ¡Amar como Dios manda!... porque la muerte no rompe el amor… ¡El Amor es más fuerte que la Muerte! La muerte no rompe los vínculos amorosos.
Por eso… ¡nosotros los amamos y ellos nos aman!... ¿Cómo es eso que nosotros los amamos y ellos nos aman?... Claro… porque nuestros seres queridos no son una descomposición, no están en el Cementerio… ¡Están en Dios!
Nuestro desapego no lo perdemos… ¡los tenemos en Dios!... ¿Y los amamos?... los seguís amando… ¿Y ellos nos aman?... ¡Nos aman desde el amor de Dios!
Por eso… en el Duelo… hay que trabajar el Desapego… y un desapego, en primer lugar, corporal. Usted que ha pasado por esta experiencia, usted sabe lo que es somatizar. Incluso usted ha experimentado muchas alucinaciones analíticas-visuales hasta que lo corporiza.
Hay que saber decir Adiós, para hacer un desapego somático… corporal, y un desapego también…emocional.
¿Dejar de querer?... Hemos dicho que no… ¿Romper el afecto? ¡No!. Es más, usted tiene que amarlo sanamente, tiene que amarlo a su ser ya resucitado, tiene que amar usted ya como resucitado… y dejar amar. ¡Esto es el Desapego… y por eso quien ama así, no manipula, no quiere que su ser querido este conmigo… porque yo amo su felicidad!
Hacer este Desapego… ¡es un gran crecimiento que usted va a vivir… y lo mismo hay que hacer con un desapego mental. Tiene usted que desterrar ideas insanas… yo no voy a poder, no voy a ser feliz, nunca más voy a creer en la vida, no me voy a entregar!… ¡No! Y las mismas ideas que usted también tiene que desapegarse de ellas…
Dios me probo… me castigo…me envió esta enfermedad… se llevo a mi ser querido… ¡No!
El Desapego… ¡es la clave de vivir sanamente todo un sufrimiento para hacerlo crecimiento!
Recuerden…. ¡Desapegarse no es dejar de pensar en el ser querido… no es dejar de amar… no es dejar de amar, al contrario… es vivir el gran misterio de la Vida y la Resurrección, pero con esta iluminación y esta sabiduría!
La clave del Duelo… es el Desapego… y el que ama debe saber decir… ¡ADIOS! ¡A-DIOS!

P. Mateo Bautista

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