4 meses...

Mi amor:

4 meses... Y saber que te voy a extrañar toda mi vida.

Aunque es un extrañarte raro. Porque no estás pero estás. O, mejor dicho, ni estás como quisiéramos ni te fuiste del todo. Ese "pero", ese "ni", intentan dar cuenta de algo que es difícil de comunicar pero vivencio cada momento de cada día.

No estás porque ya te fuiste

Y estás aunque te hayas ido

Es tu ausencia presente

que no permite el olvido

Es tu presencia ausente

en mi corazón herido

Y por eso nació este "Diario de Alguien que Espera". "Diario del alma, el corazón, de una persona que amó y se sintió amado, que ama y se siente amado, y que va dando cuentas de cómo sigue viviendo su vida mientras camina al reencuentro definitivo con Ella, quien partió antes para poner el agua para el mate...".

Ayer, escuchando una charla del P. Ángel Rossi, jesuita, me dí cuenta que este diario es la narración de mi Adviento. Adviento, etimológicamente, significa "venida" o "el que viene". Es un tiempo litúrgico de preparación para la Navidad, Natividad, el Nacimiento de Jesús, el que viene. Y nuestra vida es esperar Su gloriosa segunda venida, si no es que primero vamos nosotros a Su encuentro. Y la muerte, nuestra muerte, es nuestro segundo nacimiento, el nacimiento a la vida eterna.

Algunos podrán decir que debiera vivir una Cuaresma de preparación para la Resurrección. Y también. Por momentos me siento caminando en el desierto de una vida diferente a la que soñaba hace algunos meses, pero con la certeza de que, al final, me espera una Semana Santa coronada con la Resurrección. Sin embargo, ayer me quedé rumiando esta idea de vivir el Adviento...

Dijo el curita en la charla que la espera es valiosa en sí. Y me gustó escucharlo. Porque es una idea que te escribí en la opereta "Por el Amor de Mary" y volvió a aparecer en "Crónicas de Bokgaard". La vida es espera. Y esa espera se transforma en esperanza cuando hay una convicción: el dolor, la tristeza, la oscuridad, la adversidad, el miedo, la muerte no tienen la última palabra.

La Navidad nos dice que Jesús sigue naciendo a pesar de todo. La Resurrección nos dice que la Vida vence a la Muerte. El Amor siempre triunfa. Y por eso soy un hombre creyente y esperanzado.

Mary, sigo caminando hacia Vos. Y creo que voy bien rumbeado. Pero disfrutando del camino también. Nunca camino solo. Siempre peregrinamos juntos con Lu, Nico, toda la familia, todos los amigos... y Vos.

Y la certeza que orienta este mi adviento es "que ya estás viviendo resucitada, en la Gloria de Dios, con Él, feliz. Desde aquel 14 de agosto de 2018 y para siempre, por la eternidad".

Y con esa Fe, Esperanza y Amor que vivimos siempre en familia, Nico pudo graficarlo, con toda su simpleza, en la foto que encabeza este texto. La Familia somos cuatro corazones. Tres estamos dando vueltas por acá, mientras Vos ya estás en el Cielo. Pero siempre presente.

Hermosa de mi vida, gracias por seguir estando. Fueron los 4 meses más difíciles de mi vida, pero pude seguir adelante gracias a Vos. 

Y seguimos caminando hacia el reencuentro definitivo, intentando cumplir la promesa que te hicimos con los chicos: ser felices. TE AMO.