Mi amor:
Desde aquella Navidad del
97, en la que casi nos ponemos de novios, nunca pasé un 25/12 sin
verte. Va a ser la primera vez en 21 años... Y de solo imaginarlo,
lloro.
Aquel primer año, como
amigos. Luego, como novios. Todos los 25/12, ni bien pasaba el
brindis de medianoche con mi familia, me iba para la casa donde
estuvieras. Esa primera vez vivías a la vuelta pero después, cuando
todavía no tenía auto, tenía que caminar muchas cuadras porque no
había colectivos... y ni hablar la vuelta de madrugada. Pero valía
la pena. Intercambiábamos cartas y, principalmente, queríamos
encontrarnos. Estar juntos... “Hasta que, siendo familia, no
haga falta que vengas a verme”, me decías.
Y el 2004 fue nuestra
primera Navidad como esposos, sin saber que Lu ya estaba entre
nosotros...
Y en 2005, ya éramos
tres con Lucía en brazos.
Y en 2010, ya éramos
cuatro con Nico, en un abrazo de familia.
Tantos recuerdos. Tantos
momentos hermosos. Tanto tiempo compartido. Tanto amor...
Y este 2018 va a ser muy
distinto. Vas a estar presente, obvio, pero de otra manera. No nos
vamos a poder abrazar, ni intercambiar cartas, ni salir a comprar
regalos, ni vamos a tener esos eternos debates sobre cómo organizar
las cosas (donde casi siempre ganabas vos)... Lo escribo y ya se me
hace un nudo en la garganta.
El jueves fue raro armar
el pesebre sin tus indicaciones. Ese mismo pesebre que compramos a los meses de estar casados. De hecho, difícilmente lo
hubiésemos armado tantos días después del 8/12 con vos por acá.
Costó pero lo hicimos. Y decoramos la casa entre los tres, porque
tenemos claro que la vida hay que seguir celebrándola. Y recordamos
anécdotas, mientras lo hacíamos. Y comentábamos qué habrías
dicho o hecho vos, y te hicimos bastante caso. Quedó hermoso. Sólo
faltabas vos, aunque a tu manera estabas...
Recuerdo que la última
Navidad estabas muy insistente en que nos saquemos una foto los
cuatro. Sin duda intuías que podía ser la última. Al otro día
ibas a tu segunda cirugía, la última. Y con el nuevo año venía
una segunda tanda de quimio, también la última. Y nos sacamos esta
foto...
Hermosa: es mi primera Navidad, en
21 años, sin poder verte. Es la primera Navidad de Lu y Nico sin que
los abraces, los mimes y los mires con ternura. Muy posiblemente la
primera de muchas... hasta que podamos volver a celebrar juntos la
vida que sigue naciendo, pero en el Cielo. Te extraño muchísimo. Te
amo, y te voy a amar por siempre. Y te pido que sigas con tus guiños y señales
que me sostienen en la fe y la esperanza. Gracias y... ¡Feliz Navidad!
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