sábado, 22 de diciembre de 2018

Navidades...

Mi amor:

Desde aquella Navidad del 97, en la que casi nos ponemos de novios, nunca pasé un 25/12 sin verte. Va a ser la primera vez en 21 años... Y de solo imaginarlo, lloro.
Aquel primer año, como amigos. Luego, como novios. Todos los 25/12, ni bien pasaba el brindis de medianoche con mi familia, me iba para la casa donde estuvieras. Esa primera vez vivías a la vuelta pero después, cuando todavía no tenía auto, tenía que caminar muchas cuadras porque no había colectivos... y ni hablar la vuelta de madrugada. Pero valía la pena. Intercambiábamos cartas y, principalmente, queríamos encontrarnos. Estar juntos... “Hasta que, siendo familia, no haga falta que vengas a verme”, me decías.

Y el 2004 fue nuestra primera Navidad como esposos, sin saber que Lu ya estaba entre nosotros...



Y en 2005, ya éramos tres con Lucía en brazos.


Y en 2010, ya éramos cuatro con Nico, en un abrazo de familia.


Tantos recuerdos. Tantos momentos hermosos. Tanto tiempo compartido. Tanto amor...

Y este 2018 va a ser muy distinto. Vas a estar presente, obvio, pero de otra manera. No nos vamos a poder abrazar, ni intercambiar cartas, ni salir a comprar regalos, ni vamos a tener esos eternos debates sobre cómo organizar las cosas (donde casi siempre ganabas vos)... Lo escribo y ya se me hace un nudo en la garganta.
El jueves fue raro armar el pesebre sin tus indicaciones. Ese mismo pesebre que compramos a los meses de estar casados. De hecho, difícilmente lo hubiésemos armado tantos días después del 8/12 con vos por acá. Costó pero lo hicimos. Y decoramos la casa entre los tres, porque tenemos claro que la vida hay que seguir celebrándola. Y recordamos anécdotas, mientras lo hacíamos. Y comentábamos qué habrías dicho o hecho vos, y te hicimos bastante caso. Quedó hermoso. Sólo faltabas vos, aunque a tu manera estabas...



Recuerdo que la última Navidad estabas muy insistente en que nos saquemos una foto los cuatro. Sin duda intuías que podía ser la última. Al otro día ibas a tu segunda cirugía, la última. Y con el nuevo año venía una segunda tanda de quimio, también la última. Y nos sacamos esta foto...


Hermosa: es mi primera Navidad, en 21 años, sin poder verte. Es la primera Navidad de Lu y Nico sin que los abraces, los mimes y los mires con ternura. Muy posiblemente la primera de muchas... hasta que podamos volver a celebrar juntos la vida que sigue naciendo, pero en el Cielo. Te extraño muchísimo. Te amo, y te voy a amar por siempre. Y te pido que sigas con tus guiños y señales que me sostienen en la fe y la esperanza. Gracias y... ¡Feliz Navidad!

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