Utilicé 4 imágenes para hablar del Espíritu Santo: viento, fuego, paloma y vino.
Lo vinculé con su presencia en mi vida. En los detalles pero también, y muy fuertemente, en momentos importantes de mi vida. Vinculado a lo vocacional (docencia, política) y, principalmente, a la felicidad de haber formado una familia con vos (el viento que sopla donde quiere pero nos rumbea bien, el fuego interior que nos hace arder de amor, la paz de la paloma, y todos los frutos del Espíritu, que nos hace sentir que vamos por el camino correcto, y el vino que nos lleva a hacer cosas inimaginadas).
A su vez, también, pude hablar de la presencia del Espíritu Santo en el momento más difícil de mi vida: tu partida, y estos días subsiguientes.
Comencé la charla diciendo:"Gracias al Espíritu
Santo fui la persona más feliz del mundo. Al Espíritu Santo le debo
lo mejor que me pasó en la vida... Resulta que mi esposa iba al
Colegio Espíritu Santo y gracias a eso la conocí". También conté que fui a tu cumple de 15, que fue en Pentecostés. Y empezamos a salir en 1998, año del Espíritu Santo camino al Jubileo.
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