sábado, 15 de agosto de 2020

Y un día te cae la ficha

Y un día te cae la ficha. Tu hija tiene la misma edad que tenía su madre cuando la conociste. Se te vienen muchos años encima. Y tomás conciencia del paso del tiempo.

En poco más de diez días Lu estará cumpliendo sus Quince; a Mary la conocí un poco más de diez días antes de sus Quince.

Mi primer registro de haberla visto es de un 3 de mayo de 1997. Es cierto, vale la pena comentarlo, que algunas fuentes dan cuenta de encuentros furtivos en los arbustos de la plaza Ciudad de Banff durante nuestra niñez. No hay pruebas pero tampoco dudas. Sin embargo podemos afirmar que nos conocimos en aquel retiro de JuvenCor del 3 y 4 de mayo del 97. El 14 de mayo cumplía sus Quince y el 17 los festejaba… y con apenas días de conocerla, allí estuve.

Hoy es 15 de agosto de 2020 y Lu cumple sus Quince el 27. Y te cae la ficha.

Ayer fue el segundo aniversario de la partida de Mary, quien se nos adelantó a poner el agua para el mate aquel doloroso e inolvidable 14 de agosto de 2018. En esa fecha tan significativa logré, ¿decidí?, terminar mi novela. La primera de varias, espero. La novela que da cuenta –ALERTA SPOILER- cómo la conocí a Mary allá por el 3 y 4 de mayo, cómo nos hicimos amigos a partir de un 15 de agosto, la carta que lo cambió todo un 9 de febrero, cómo nos pusimos de novios –nueve días después- un 18 del mismo mes y tantas cosas más…

Hago un párrafo aparte para comentar un dato de color: la particular relación entre mis fechas con Mary y mis abuelos. Mi abuelo Antonio falleció un 14 de agosto del 97; Mary en la misma fecha pero veintiún años después. Aquella muerte tuvo mucho que ver con el inicio de nuestra amistad que ubicamos en el 15 de agosto del 97, un día después, y solíamos decir que nos había hecho gancho desde el cielo. Lo que sucedió el 9 de febrero del 98, en el primer cumple de mi abuelo sin estar por estas tierras, fue algo que lo cambió todo en nuestra historia de amor. Otro guiño. Y el 18 de febrero, día de nuestro primer beso y comienzo del noviazgo, era el cumpleaños de mi otro abuelo: Manolo. Por último, algo que recién puedo relacionar ahora, mi abuela Lola falleció el 4 de mayo de este año, veintitrés años después de aquel retiro donde la conocí a Mary. Y me queda una abuela que falleció un día antes de su cumple; se fue un 9 de abril siendo que había nacido el 10. Esos finales un día antes del aniversario del comienzo. Como nos pasó con Mary hace 2 años: se fue el 14, antes de poder celebrar el 15.

El 15 de agosto, desde aquel día de 1997, siempre fue una fecha muy especial; seguimos celebrándolo, tanto de novios como de esposos. El del 2002 pasó a ocupar ahora un lugar especial porque me permitió reorientar mi duelo dieciséis años después dando origen a este blog titulado “Diario de Alguien que Espera”.  El último fueron los 20 años, en 2017, porque al siguiente Ella ya no estaba.

Por todo lo que pude poner en palabras es que resulta tan simbólico que hoy, 15 de agosto, los lectores cero hayan empezado a recorrer mi primera novela: “Algo que lo cambió todo”. En septiembre, con sus devoluciones, haré una revisión final antes de ingresar en la etapa de corrección y edición. Luego me tomaré un tiempo para presentarla en concursos, antes de enviar originales a las editoriales. Y me guardo una opción más, en caso de que lo anterior no resulte: autopublicarla para el 18 de febrero de 2022, día en que cumpliríamos nuestras bodas de plata como novios.

Diario de Alguien que Espera

Diario de Alguien que Espera con FE...

De fechas y señales...

Mi abuelo Antonio, Mary y los guiños

Mayo del 97

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