Y no sabés cómo pero, de repente, sentís algo que podés llamar ausencia.
O la presencia de esa ausencia. Que te invade. Te asalta a partir de un
recuerdo. O de la nada, tal vez. Surge de las entrañas y sube por tu
pecho. Se aloja en tu garganta y te quema. Te ahoga. Se te pone la piel
de gallina. Te cuesta respirar. Todo se hace relativo, se redimensiona y
queda chico. Muy chico. Nada parece tener sentido. Se te aceleran los
latidos del corazón. Y duele. Te extraño, mi amor... Te extraño mucho.
Lloro. Lloro angustiado. Pero sigo por vos. Por vos, por Lu y por Nico.
No sé cómo. Pero sigo...
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