domingo, 30 de septiembre de 2018

Partida, dolor, duelo y ausencia...

En enero del 2000 me fui de Misión por 2 semanas. Durante esos días falleció tu abuelo. Entre mi partida, tu dolor, tu duelo y mi ausencia, me escribiste esta carta. Yo, entre tu partida, mi dolor, mi duelo y tu ausencia, la releo y parece escrita por mí, hoy, más de 18 años después...
“Yo sé que aunque no estemos juntos físicamente, estamos juntos igual. Pero te necesito a mi lado y nadie más que vos puede calmar esa necesidad”.
“Cada día que pasa necesito más que estés aquí
. Tu recuerdo vuelve a mi memoria por unos instantes y me hace creer que has regresado. Pero cuando despierto de ese hermoso sueño vuelvo a la oscura soledad...”.
“No entiendo porqué ni salidas ni distracciones hacen de esta soledad algo más llevadero. Sólo puedo pensar en que no estás a mi lado y en que necesito de tu presencia, mejor dicho tus caricias, tu comprensión, tus brazos, tus palabras y todo tu ser para aliviar poco a poco esta tristeza que envuelve mi corazón en este momento tan especial en mi vida. Te extraño. Te necesito. Frases hechas que sólo cobran sentido cuando alguien ama de verdad. Te extraño. Te necesito. Frases que pueden cambiar el rumbo de una vida saliendo sinceramente de los labios de una persona que ama, como yo, hacia los oídos de un ser amado, como vos por mí. Te extraño. Te necesito. Son frases que salen de mi corazón para alojarse todo el tiempo en mi mente para recordarme que te extraño y que te necesito”.

Gracias por dejarme estas señales, estas palabras. Releer el “Diario de alguien que espera” me cambió la mirada y enderezó mi rumbo en este difícil camino que estoy transitando. Esta carta reconfirma que vamos, juntos, en la dirección correcta. Gracias por todo. Te extraño. Te necesito. Gracias por seguir estando. Y esperame con el agua para el mate que, con otros tiempos, que sólo Dios sabe, estoy yendo...



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