viernes, 14 de septiembre de 2018

Pero todo sigue estando...


Entre la gran cantidad de recuerdos, de cartas, tantas palabras que vuelven a pasar por mi corazón, tantas imágenes, tantos sentimientos... qué actualidad tienen estas palabras que te escribí para cuando cumpliste 33 años:

"Mary, mi vida, mi amor…
¡¡¡TE AMO!!!
Hoy cumplís 33 años… ¡¡¡Feliz Cumple!!!
Pensar que, más allá de nuestro encuentros furtivos en los arbustos de la plaza, nos empezamos a conocer hace 18 años, para tu cumple de 15…
Es muy fuerte saber que llevamos más de la mitad de nuestras vidas juntos…
Sé que tuvimos, tenemos y tendremos días buenos y no tan buenos, mágicos y de los otros…
Te pido perdón por todo lo que hice mal, mis equivocaciones, mis peleas sin sentido, mis discusiones estériles, mis cuestionamientos innecesarios, mis razonamientos rebuscados, mis… tantas cosas que hice y no te/nos hicieron bien.
Te doy gracias por todo lo que vivimos juntos, por todo lo que me bancaste, me ayudaste a crecer, a ser mejor, todo lo que me acompañaste, me sostuviste, todo lo feliz que fui, soy y seré gracias a compartir mi vida con vos, todos esos momentos únicos, de luz, de brillo, de magia, de felicidad, de placer, de disfrutar, de alegría, de paz, de estar juntos…
Esas sonrisas, ese brillo en los ojos, ese abrazo, esa caricia, ese beso, esa palabra…
No imagino mi vida sin vos.
Amiga, novia, esposa, madre, compañera…

Cuando me quedo sin palabras, siempre recuerdo esas que vos me regalaste. Las leo y releo, y cada vez más convencido estoy de que no hay mejor poema que el que vos (me/nos) escribiste… "Estar enamorado"...
Pero todo sigue estando. Gestos. Momentos. Instantes. Encuentros. Conexiones. Recuerdos. Pensamientos. Sentimientos…
“Cuando todo parezca nada, vuelve a empezar”. Cuando estemos bajoneados, distanciados, enojados, molestos, embroncados, peleados, volvamos a recargarnos de nuestro amor. Ese amor que nos hace ser quienes somos. Ese que nos encontró hace tantos años. Ese amor que nos hace crecer, juntos. Ese amor que se ve reflejado en Lucía y Nicolás. Ese amor que nos permite crecer laboral, profesional y vocacionalmente a los dos. Ese amor que sigue estando, pero que cada tanto hay que desempolvar un poco. “Volvamos a recargarnos de nuestro amor”. Con paciencia, tolerancia, diálogo, comprensión, pasión… Por eso, cada vez que utilices este regalo que hoy te damos, pensemos en volver a recargarnos de nuestro amor. Yo también lo voy a hacer. Y, como tantas veces me dijiste vos, llegar a viejitos juntos, tomados de la mano, enamorados y felices…"

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