¿Por qué celebramos aniversarios? Es una manera de
recordar, y hacer presente, una fecha importante. En nuestro caso, con Mari, el 18 de febrero siempre
fue el día que “nos pusimos de novios” y “nos besamos por primera vez” (porque,
como bien sabemos, no siempre coincide).
Como novios lo festejamos 6 veces y como esposos
14; sin Ella por estos lados, 3.
Hoy, a través de algunas fotos, de la era
pre-digital, quiero recordar los lugares donde fuimos para esa fecha tan
especial y simbólica.
Lo primero que recuerdo, en realidad, es que
solíamos encontrarnos el 17 a la noche para empezar juntos el día. Al vivir en
casas separadas, hasta que nos casamos, esas juntadas se extendían apenas un
rato después de medianoche. Además, teníamos que dormir para irnos temprano el
18 mismo a pasar el día algún lado. Varias veces decidimos encontrarnos primero
en Martín Fierro y Virgilio, lugar del primer beso, para después partir hacia
nuestro destino.
En 1999, primer aniversario, cuando todavía no
teníamos auto, nos fuimos en micro a Luján. Volvimos en 2001 y 2002, pero ya
con vehículo propio. Siempre nos llevábamos equipo de mate, música, pan y
fiambre, unas lonas, y torta con vela del número que indicaba la cantidad de
años juntos. En el 2000 hicimos lo mismo pero en el Parque General Paz. En
2003, en cambio, nos fuimos a la Costanera… ¡y estuvimos pescando!
¿Dónde celebramos en el 2004, último aniversario de
novios antes de casarnos? No lo recuerdo. Intento rastrear la información en
agendas, diarios, fotos, pero no lo encuentro. Ella seguro lo sabe pero,
lamentablemente, no puedo preguntarle. O sí, y quizás me responda en unas
horas, o en unos días.
Ya como esposos seguimos recordando la fecha.
Inclusive volvimos a Luján, con Lu y Nico. En el 2018 lo pasamos en casa y
fuimos homenajeados por nuestros hijos con desayuno en la cama y cartelitos. No
sabíamos que sería el último pero es lindo saber que hoy estoy en ese mismo
lugar, recordando tantos momentos felices compartidos. Porque el que se
arriesga a amar se compromete a sufrir… ¡pero sufrir por amor vale la pena!
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