sábado, 3 de octubre de 2020

Luján

Hace poco escribí y compartí un texto sobre las diferentes formas de narrar nuestras vidas; en mi caso, por ejemplo, a través de distintas advocaciones de la Virgen María. Una de ellas, sin lugar a dudas, es Luján.

Lo primero que me viene a la cabeza, al corazón, son las peregrinaciones. Mi primera vez caminando fue en el 96, estando en 4to año… y me quedé en Rodríguez, aunque terminé llegando en micro. El año siguiente fue muy especial, en muchos sentidos, y uno de los mojones que tenía marcados en mi agenda era la Peregrinación Juvenil a Luján. En septiembre de ese año Mary –Mariela por ese entonces, con quien recién empezábamos una linda amistad- estaba de retiro y le mandé una carta donde le escribía: “Te pido que vengas a Luján porque para mí es una experiencia muy linda y muy fuerte, y me encantaría compartirla con la gente que más quiero”. Y aceptó. Fuimos con JuvenCor por la Parroquia San Rafael. Pero ese año, al llegar a Morón, una lluvia torrencial y nuestro ser menores de edad nos impidió seguir. Volvimos con Mary, como novios y esposos, caminando y como apoyo, con el grupo juvenil de la Parroquia del Perpetuo Socorro, con amigos, en comunidad, varias veces. Gracias a Dios… y a María.

Un rito hermoso que iniciamos en el 99 fue intentar ir los 18 de febrero, en nuestro aniversario de novios, a Luján. A pasar el día, tomar unos mates, charlar, comer un asadito, caminar a orillas del río y, obviamente, darle gracias a nuestra Madre en la Basílica. De los 6 aniversarios habremos ido en 4… pero esa linda costumbre de ir a Luján continuó de casados, en familia. Y fuimos de a 2, de a 3, de a 4… y en familia grande también.

Durante varios años, a su vez, pude ir como animador o dirigente en campamentos parroquiales y como profe con los colegios. Siempre yendo a Luján, siempre sintiéndome, sintiéndonos, acompañado(s) por la Virgencita Lujanera. Ayer, hoy y siempre. Amén.

Y este año me encuentra peregrinando de otra manera, dejando que Ella nos venga a visitar. Madre del Pueblo, rogá por nosotros.




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