El 13 de mayo de 1883 la Virgen María
curó a Santa Teresita del Niño Jesús, en cierto momento de su infancia,
cayó en un estado de tristeza y angustia muy preocupante, luego de la
muerte de su madre. Su hermana Paulina fue su segunda mamá, pero a los
pocos años ingresa en el Carmelo, Santa Teresita se sintió abandonada y
deprimida. Su familia y el Carmelo la encomendaron a la intercesión de
la Virgen María.
“De repente, la Santísima Virgen
me pareció hermosa. Pero lo que me llegó hasta el fondo de mi alma fue
la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen”, dijo Santa Teresita al ver la imagen de la virgen que le sonreía. Desde aquel día, dicha imagen será conocida y recordada como la Virgen de la Sonrisa, nombre que le puso la misma Teresita.
"Soy mejor, cuando una Madre como vos me mira,
estoy bien si estás dentro de mí, María,
es más fácil, si una Madre como vos me guía,
aunque sé que no merezco tu inquietud, María...
María de la Sonrisa,
enséñame tú a vivir,
mi alma está entristecida
si estoy tan lejos de Ti,
María de la Sonrisa,
enciende tu amor en mí
la vida es tan dura a veces
que sólo te sé pedir...
La ternura de una Madre como Vos, alivia
y aunque a veces yo me caigo, me alentás, María,
en la noche de mi vida me alumbrás, María...
y así siento renacer mi corazón sin vida...
María de la Sonrisa
visítame en el dolor,
que sea para mi gente,
una señal de tu amor,
María de la Sonrisa,
acércame Tú al Señor,
María, si me sonríes, sonríe mi corazón...
María de la Sonrisa,
enséñame tú a vivir,
mi alma está entristecida
si estoy tan lejos de Ti,
María de la Sonrisa, enciende tu amor en mí
la vida es tan dura a veces que solo se te pedir...
María, si me sonríes, también puedo sonreír..."
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