jueves, 14 de febrero de 2019

Como lo eterno del amor en una alianza...

Mary:

Hola! Cómo anda todo por ahí? Me alegro. Yo, hasta ayer, en mi mejor momento desde que no estás físicamente entre nosotros...
Es 14 de febrero de 2019. Un día muy intenso para mí, como habrás visto.
Es el primer Día de los Enamorados que paso sin vos en los últimos 21 años. Y antes de conocerte nunca había estado enamorado un 14 de febrero...
Sumale que hoy se cumplen 6 meses de tu partida, y se entiende la intensidad del día.
Y como bien sabés, a mí me gusta elegir fechas importantes para tener gestos con sentido. Por esa razón decidí que era el día indicado para dejar de usar el anillo de casado. Sí, no te hagas... te lo venía comentando. Gracias por aprobarlo.
¿Por qué hoy? No sé. Hace tiempo que venía preguntándome cuándo lo iba a hacer. Lo intenté antes y no pude. Ayer lo decidí y estuve varias horas con dolor de cabeza. Me lo iba a sacar al comenzar el día, pero a eso de la 1,30 me fui a acostar. Finalmente a las 2 me levanté y me lo saqué. No pude dormirme hasta pasadas las 4...
¿Y por qué me lo saqué? Porque forma parte del sano proceso de duelo que vengo haciendo... Te amé en cuerpo y alma durante los más de 14 años que estuvimos casados, y las alianzas fueron signo de ese amor. Por siempre serás la madre de nuestros hijos, de Lucía y Nicolás. Fuiste mi amiga, mi novia, mi esposa, mi amante y fiel compañera durante 21 años, más de la mitad de mi vida al día de hoy. Pero ahora nuestro amor es espiritual y te convertiste en mi ángel que me acompaña desde el cielo, mi estrella que me guía.
Tu alianza está, desde hace 6 meses, en su cajita original, en la caja de los recuerdos de todo lo vinculado a nuestro casamiento (junto con invitaciones, cancioneros, hojas con variadas anotaciones, etc). Desde hoy, las dos alianzas están en esa cajita. La tuya y la mía. Parecido a cuando las fuimos a buscar juntos, pero con muchos años de llevarlas en nuestras manos.


Y para terminar de darle sentido a este día, me fui a misa al Perpetuo Socorro. Hacía 3 meses que no entraba en ese templo, desde el día que dejamos tus cenizas. Y estar ahí me trajo, una vez más, muchísimos recuerdos de nuestros tiempos en el grupo juvenil, años donde vivimos mayormente nuestro noviazgo. Y, más aún, lugar donde celebramos el sacramento del matrimonio. Miraba el altar, a María en las alturas, y recordaba el momento en que sellamos nuestro amor eterno con las alianzas. 


 

El evangelio fue el de las Bodas de Caná. Y el cura hizo un analogía con el vino bueno, el que era agua hasta que Jesús lo transformó, y como era mejor el del final. Y dijo que el amor, en Jesús, se hace mejor con el tiempo. Y así fue con nosotros. Nuestros últimos tres años fueron, sin duda, los que mejor vivimos como matrimonio. Y eso que todos los años anteriores de nuestra pareja habían sido muy buenos...
Hacia el final de la celebración, hubo una bendición a las parejas acompañada por el canto del Salmo 137. El mismo salmo que elegimos para la misa de nuestro casamiento. “Te doy gracias Señor por tu amor, no abandones la obra de tus manos”.
El anillo, la alianza, es un círculo, no tiene principio ni final. Como nuestro amor. Y por eso me encanta la canción de Abel Pintos... Sin principio ni final.
Cuando las personas que amamos parten de este mundo, dejan de vivir con nosotros para vivir en nosotros. Y así es, como bien sabemos los dos y experimentamos cada día, y cada día más, desde aquel 14 de agosto de 2018.


🎶 "Quizá esta vida se termine dando cuenta
Que es ella sólo un momento de esta historia
Porque este amor no tiene tiempos ni fronteras
Porque este amor va más allá de mi existencia.
Te voy a amar, y me amarás
Te amo sin principio ni final
Y es nuestro gran amor
Mi ángel de la eternidad" 🎶

2 comentarios:

  1. Me sorprende cada dia.Pienso cual hubiera sido mi reacción y sé q no esa.De lo q estoy convencida es q Mariela t hace un guiño desde el cielo,una sonrisa y un hoyuelo resalta en su mejilla

    ResponderBorrar