Es 14 de Febrero. Día de los Enamorados o San Valentín, como les guste. También se cumple un año y medio de la partida de Mary. En un mes que de por sí ya me resulta intenso, la conjunción de ambas fechas impacta más.
El año pasado escribía:
“Es el primer Día de los Enamorados que paso sin Mary en los
últimos 21 años. Y antes de conocerla nunca había estado enamorado
un 14 de febrero...”. Ya es el segundo. 22 años enamorado, 20
con Ella físicamente por estos lados. En el 98 como amiga (4 días
después fue nuestro primer beso), luego de novia y el resto de los
años como esposa, amante, madre de mis hijos y fiel compañera.
En nuestro último San
Valentín compartido posteé en su muro, según me recuerda facebook
¿oportunamente?, un “Yo creo en un amor para toda la vida”.
Pero también conservo la carta que le escribí para el Día de los
Enamorados cuando todavía no éramos más que “amigos”, muy a
pesar de mis intenciones. La releí, una vez más. Y ahí sigue, como
testigo eterna de esta historia de amor. Guardada cuidadosamente,
amorosamente, por Ella durante 20 años. Junto con ese papel regalo
que ocultaba un osito. Sí, el de la foto. El más grande no, ya que
ese es de su primer cumple como mi novia. Estoy casi convencido que
es el marrón, pero me gustaría que esté Ella para corroborarlo. La
otra opción es el blanquito, pero ese debe ser de marzo del mismo
año... No, no... Es el marrón.
Aquel 14 de febrero de
1998, con mis 17 años, le escribí mi cuarta carta desde que la
conocí, a Ella, con sus 15. La última carta antes de ponernos de
novios. Noto que todavía la llamaba “Mariela”, como todo el
mundo. Al mes ya era “Mary”, mi Mary. Así como yo era su “Javi”.
Y lo seguimos siendo...
¿Qué decía la carta?...
"Mariela:
El motivo
de esta carta es invitarte a mi fiesta (no preguntes ¿qué fiesta?).
El objeto es festejar el día de los enamorados porque, si no sabés
te digo, estoy perdidamente enamorado. Tal vez conozcas a la chica en
cuestión: es un poco petisa (¿un poco?), simpática, dulce, alegre,
cariñosa, hermosa, inteligente, un poco loca (¿un poco?), además
tengo una confianza ciega en ella (creo que ella en mí también), se
puede hablar de cualquier tema con ella porque como te dije
anteriormente es muy capaz y muy buena consejera, también es
re-divertida, imaginativa, espontánea, con un corazón gigante, una
mirada que lleva implícita dulzura y cariño (su mirada me desarma),
una voz inconfundible que con sólo decir “Javi” acelera los
latidos de mi corazón y dibuja una sonrisa en mi cara, unos gestos y
unas caras que la distinguen del resto, y un montón de cosas más,
algunas indescriptibles, que la convierten en una mujer única y muy
especial. Es la mujer que toda mi vida soñé, podría decir que es
la mujer ideal. Además ella ocupa mis pensamientos la mayor parte
del día, y su recuerdo se me aparece en cada canción, cada frase,
todo me recuerda a ella (desde una colita (del pelo) hasta su propia
foto). No imagino mi vida sin ella; casualmente mañana se cumplen 6
meses de que la conocí en serio y la empecé a querer. En todo este
tiempo la llegué a conocer a fondo y aprendí a quererla muchísimo.
La historia no fue todo color de rosa, hubo momentos buenos y malos,
lindos y feos, excelentes y desastrozos. El final todavía no lo sé,
Dios quiera sea el mejor para los dos. Pero antes de pedirle a Dios,
tengo que agradecerle el hecho de haberla conocido y que le haya
puesto un sentido a mi vida. Al lado de ella maduré, vencí mi
timidez, aprendí muchas cosas de la vida, adquirí el gusto por
escribir cartas donde demuestre mis más hondos sentimientos y hasta
me inspiró una canción titulada “Agosto del 97”.
El lugar
donde se va a festejar es en mi corazón y se pide a la invitada de
honor traer un corazón dispuesto y una cuota de amor. La comida será
el diálogo y el postre se elegirá en el momento. No me falles, te
espero ansioso y con muchísimas ganas de verte. Te pido por favor
que vengas, entres en mi corazón y no te vayas nunca. Lo único que
me queda por decirte es que te re-contra-requete-re-quiero un
montonazo y no te voy a olvidar nunca.
Un beso
enorme (de acá hasta el cielo)
Javi
P.D.:
Antes de escribirla tenía miedo de arrepentirme después, pero vos
me dijiste que te dijera todo lo que sintiera sin guardarme nada, y
eso es lo que hice.
P.D.2: Si
algo de lo que puse te incomodó, molestó o no te gustó, te pido
mil perdones pero no era mi intención.
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