Es
12 de enero de 2004, por la noche. Organizamos, con Mary, una cena
familiar en la casa donde vivía Ella, sobre la calle Argerich.
Invitamos a las dos familias, padres, hermanos, cuñadas, tío y abuela. Todos intuían por
dónde venía la cosa, casi que lo esperaban, lo deseaban, pero nadie
tenía certezas...
Con
Mary, si bien generalmente recordábamos la fecha, y hasta podíamos
hacer alguna mención en el día indicado, rara vez celebramos un
aniversario un 12 de enero. No era de nuestras fechas importantes. Sí
lo eran el 15 de agosto (aniversario de amistad), 18 de febrero
(primer beso, aniversario de novios), 15 y 18 de marzo (primer “te
amo”, yo el 15 y ella el 18) y 25 de mayo (aniversario de nuestro
compromiso, a solas). Con el tiempo se sumó el 9 de julio
(aniversario de casados), y hoy se impone el 14 de agosto (partida de
Mary al Cielo). Otras fechas significativas formaban parte de nuestro
calendario en común, nuestra agenda del amor, pero no así el 12 de
enero, día en que nos comprometimos públicamente, ante nuestras
familias, y pusimos fecha para celebrar nuestro matrimonio. Varias
veces nos preguntamos por qué...
Es
que el compromiso, para nosotros, fue aquel 25 de mayo de 2001. En
una de sus cartas, Mary me lo recordaba así: “A partir del 9/04 me
empezaste a mandar una serie de mensajes ocultos en estrofas raras
que concluyeron el 25/05. El 24 de mayo me pasaste a buscar porque
íbamos a salir solos y bien vestidos. Fuimos a cenar al Abasto y
después nos fuimos a pasear por la Costanera. En una de las
escaleras me diste las hojas con todos los poemas desde el 9/04 que
en total fueron seis (9/04; 3/05; 9/05;18/05; 23/05; 25/05). El
último, que a diferencia de los otros nunca había leído, terminaba
con la frase “hoy es nuestro...” y en ese momento te pregunté
“¿nuestro qué ?” y vos sacaste una bolsita azul y de adentro
dos anillos, y me pusiste uno en la mano y yo te puse uno a vos. Ese
día nos comprometimos y para mí fue una de las noches más
importantes de mi vida; además del romanticismo que revistió toda
la noche”.
Y
la fecha de casamiento la decidimos, prácticamente, a mediados de
2002. En esa misma carta, decía: “El 24 de julio salimos a
comer y a mirar una película, y después de las 00:00 hs, cuando ya
era 25, festejamos un año y dos meses de comprometidos, y nos dimos
un plazo de 2 años, hasta el 25 de julio de 2004, para casarnos”.
Finalmente elegimos el 9 de julio por varias razones que quizás
cuente en otro escrito...
Lo
cierto es que, si bien no fue una de las fechas más importantes de
nuestras vidas, aquel 12 de enero de 2004, hace ya 15 años, dimos un
paso muy importante. Y hoy que Mary ya no está físicamente conmigo,
me gustó recordarlo. Especialmente la parte en que pusimos un
fragmento de una canción de Serrat, le dimos un papel impreso a cada
uno de nuestros viejos y les dijimos: “nos vamos a casar el 9 de
julio... ¡en medio año!”. Entre lágrimas de alegría y un
intercambio de efusivos abrazos emocionados, pudieron también leer
aquella hoja impresa que contenía las siguientes palabras:
“Nada
ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós”
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós”
Se
acerca el adiós. No nos despedimos de ustedes sino que dejamos atrás
una etapa de nuestras vidas para comenzar una nueva, en la cual
queremos que sigan presentes. ¿Cómo? Como el faro que nos da
señales para retomar el camino cuando estemos perdidos o sin rumbo.
Faro que sigue fiel a su arrecife, a su silencio y sus intermitencias
luminosas, pero que desde allí sigue siendo referencia constante
para el barco de nuestras vidas. Sin por eso, de más está decirlo,
dejar de compartir tristezas y alegrías, angustias y esperanzas.
Desde
siempre nos acompañaron en este hermoso desafío que es crecer,
preparándonos para que lleguemos a ser quienes somos hoy. Junto con
sus innumerables aciertos, seguramente que cometieron errores. A
nosotros nos pasó lo mismo como hijos, y posiblemente son sucederá
como esposos o padres. Pero tenemos la certeza de que mucho no se han
equivocado, ya que gracias a ustedes, y a pesar de todo, tienen unos
hijos que siguen creyendo en el amor, que siguen pensando que con
esfuerzo y la ayuda de Dios todo es posible, que desean construir un
mundo mejor para sus futuros nietos, y que tienen muy en claro adónde
quieren ir, pero también desde dónde quieren partir.
No creo poder expresar todo lo q hay en mi corazón.Yo sí tenia presente esta fecha.Este año más q nunca porque lo q venían viviendo ,si bien se reflejaba en la luz q irradiaban,era solo de los dos.Aquella noche lo compartían con la familia.Desde esa noche sentí q pasamos a ser una " GRAN familia" q compartimos a nuestros hijos/ hermanos como tmb a los nietos/ sobrinos.
ResponderBorrarLloramos muchísimo( más con sus palabras) a pesar del disjockey ( Joaquín) y de Andrés que intentaron poner,como siempre,su nota de humorada
Tanta felicidad nos ocasionaron ,tanto orgullo, ningún sueño hubiera llegado tan lejos.Y después de la partida d Mary y,durante su enfermedad,fue muchimuch lo q nos enseñaron y siguen haciéndolo con los dos tesoros,fruto de ese inmenso amor