Primer desayuno en #Salta, y un colibrí me vino a visitar en el árbol junto a la ventana...
"Cuando en un jardín aparece un colibrí, nos viene a contar que las almas de los que amamos están bien.
Nosotros lo llamamos Picaflor, muchos otros colibrís. En mi terraza
solía aparecer y mi mamá gritaba ¡carta! ¡carta…! mi abuela decía
¡aviso…!! ¡aviso…! y mandaba urgente a preparar un vaso con agua y mucha
azúcar , que según dicen es lo que le gusta tomar.
En medio de ese alboroto, siempre enamoradiza yo pensaba ¡Ahora lo
voy a ver! Tal vez lo viera, tal vez no, pero ¿Quién puede parar esa
“tormenta de sentires”?
Cuenta una leyenda guaraní, que la muerte no es el final de la vida,
pues el hombre, al morir, abandona el cuerpo en la Tierra pero el alma
continúa su existencia.
La leyenda dice que se desprende el alma y vuela a ocultarse en una
flor a la espera de un mágico ser. Entonces, es cuando aparece el
“mainimbú” (nombre guaraní del Colibrí) y recoge las almas desde las
flores, para guiarlas amorosamente al Paraíso. Esta es la razón de que
vuele de flor en flor.
Antiguamente se creía que el colibrí provenía de un país de hadas y
quien tenga hoy el placer de contemplarlo, no estará lejos de opinar lo
mismo.
El Colibrí habita en toda América pero especialmente en zonas
tropicales. Hay distintas especies: el sunsún de Cuba no alcanza los 5
centímetros de longitud y es el pájaro más pequeño que se conoce.
El nido es diminuto como su dueño: tiene el tamaño de una nuez.
Cuando vuela, sus alas vibran a una velocidad increíble y es imposible
distinguirlas. Mientras absorbe el néctar parece como si su cuerpo se
encontrara suspendido en el aire.
Si lo ven, pónganse contentos, porque se cuenta que cuando un
picaflor o colibrí se acerca a una casa, es señal de que habrá gratas
visitas y que un alma será amorosamente guiada al Paraíso."
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