viernes, 19 de abril de 2019

Aunque te duela la muerte de hoy...

Es Viernes Santo. Después de 20 años, mi primer Viernes Santo sin Ella. Y ese "sin Ella" duele. Duele mucho. Revivir la Pasión y Muerte de Jesús me lleva a revivir la Pasión y Muerte de Mary.
Y me puse a recordar... y brotaron lágrimas en mis ojos. Y me puse a releer posteos viejos de este "Diario que Alguien que Espera" y ya no pude contener mi llanto.

Es Viernes Santo. Desde que tengo memoria que es un día importante en mi vida: el día que murió Jesús. Día de dolor, tristeza, angustia. El único día del año sin Misa. Día de silencio. Día de oscuridad. Eso trae mi memoria...  Especialmente de haberlo vivido en más de una Pascua Juvenil, la mayoría con Mary, y con todo su simbolismo a cuestas.

Es Viernes Santo. Y durante muchos años hablé de este día utilizando metáforas. "Morir al pecado". "Morir al hombre viejo". "Morir a nuestro egoísmo". "Morir...". Pero nunca pensé que lo iba a asociar a la muerte física real de una persona que amé, amo y voy a seguir amando por siempre. Mary murió, y ya vivió su Viernes Santo. Y al recordarlo, revivirlo, releyendo "Mary partió feliz" vuelvo a romper en llanto.

Es Viernes Santo. Y siempre supe que era apenas un día que anticipaba el Domingo de Pascua. Sin muerte no hay resurrección. Y no puedo evitar que me resuenen varias de esas canciones que solíamos entonar, con mucho fervor, en las celebraciones de Semana Santa...
"Hoy ya comprendo al fin que debo morir si quiero nacer, pues es muriendo que al fin entraré en la eternidad"
"...para vivir, hay que morir..."
"...aunque te duela la muerte de hoy, mira la espiga que crece..."
"...el amor en la cruz madurado...
"no hay mayor amor que dar la vida"
"¿no ves que desde dentro de las muertes la muerte fue implotada y ya no mata... la Pascua nos irrumpe, amor de amores..."
"...porque la muerte ha sido vencida... hemos sido salvados por el Dios de la Vida"

Es Viernes Santo. Y me doy cuenta que toda mi vida me fui preparando para poder vivir cada viernes santo. Ni Mary, ni yo, ni Dios soñamos el Viernes Santo que vivimos el 14 de agosto de 2018. No creo en eso. Pero sí sé que todo lo vivido nos fue preparando para ese día. Doy gracias a Dios, y a Mary, por eso. Ese 14 de agosto del año pasado fue el día más doloroso de toda mi vida. Pero agradezco que me haya encontrado con Fe, con tantos recuerdos de dónde sacar fortaleza y con tanta esperanza para seguir viviendo, con Lu, con Nico, con la familia, con los amigos, con Mary (como Ángel que acompaña, como Estrella que guía mis pasos, como Mi Amor Eterno que siempre está)...

Es Viernes Santo, pero se vive diferente con la certeza de la Pascua, la esperanza prometida de la Resurrección. El Amor vence al odio, y la Vida vence a la muerte. Es que, como me dijo Ella, "tanto amó Dios a Javi que envió a Mary al mundo". Y tenemos la certeza de que sólo el Amor salva, hasta dar la Vida...

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