jueves, 18 de abril de 2019

Un Jueves Santo diferente...

Durante 20 años de mi vida, los últimos 20, compartí y viví la Semana Santa con Mary.
Desde 1998 hasta el 2004 como novios, y después como esposos. Siempre. Hemos participado de diferentes maneras, muchas de ellas desde la organización de retiros y celebraciones. Pascua Juvenil, Lavatorio de los Pies, Adoración, Visita a las 7 Iglesias, Via Crucis, Vigilia Pascual, etc.
Pero este año será una Semana Santa diferente. Ya fue intenso participar de la Misa del Domingo de Ramos en familia...

Hoy, Jueves Santo, y más allá de la exactitud histórica de las fechas, me surgen 3 reflexiones.

1) “Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.” (Jn 13, 1)
Así se introduce en el Evangelio de Juan el Lavatorio de los Pies.
Y, al igual que los discípulos, me pasa que al recordar las últimas semanas con Mary entre nosotros puedo reinterpretar y encontrarle sentido a muchas de sus palabras, muchos de sus gestos. 
Ella sabía que se acercaba la hora de pasar de este mundo al Padre, Su Pascua. Y habiéndonos amado, nos amó hasta al fin, hasta el extremo. Y es por eso que nos seguimos sintiendo amados por Ella.


2) “El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía». Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva.” (1 Cor 11, 23-26)
Yo estaba negado a la idea de que se iba a morir. Y cuando Ella me hablaba desde ese lugar, no entendía. Pero después, con el tiempo, fuí comprendiendo. De alguna manera misteriosa supo entegar su cuerpo por nosotros. Supo dejarnos ritos para hacer memoria hasta que volvamos a encontrarnos. Lo hizo con su vida, desde siempre, y especialmente esas últimas semanas, esos últimos días...

3)“Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad” (Mt 26, 42)
La oración de Jesús en Getsemaní. La oración que Mary rezó, también con dolor, tristeza y angustia... pero mucha Fe. La oración que recé todo aquel 13 de agosto. Y por eso terminó siendo mi último posteo con Mary en este mundo, el 14 de agosto a la mañana...


1 comentario:

  1. Mary,vos,los chicos,todos los q los amamos,acompañamos a Jesús en sus padecimientos y tmb podremos con Él resucitar
    Gracias x este testimonio de fe,esperanza y amor

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