Es 14 de febrero de 2019. Es el primer Día de los
Enamorados que paso sin Mary en los últimos 21 años. Y antes de
conocerla nunca había estado enamorado un 14 de febrero...
Pero, siendo que nuestro primer beso fue el 18/02/98, bien podrán notar que 4 días antes todavía éramos "amigos" (o amigues).
Y ese 14 de febrero de 1998, con mis 17 años, le escribí mi cuarta carta desde que la conocí, a ella con sus 15, la última carta antes de ponernos de novios (o novies). La transcribo:
"Mariela:
El motivo de esta
carta es invitarte a mi fiesta (no preguntes ¿qué fiesta?). El
objeto es festejar el día de los enamorados porque, si no sabés te
digo, estoy perdidamente enamorado. Tal vez conozcas a la chica en
cuestión: es un poco petisa (¿un poco?), simpática, dulce, alegre,
cariñosa, hermosa, inteligente, un poco loca (¿un poco?), además
tengo una confianza ciega en ella (creo que ella en mí también), se
puede hablar de cualquier tema con ella porque como te dije
anteriormente es muy capaz y muy buena consejera, también es
re-divertida, imaginativa, espontánea, con un corazón gigante, una
mirada que lleva implícita dulzura y cariño (su mirada me desarma),
una voz inconfundible que con sólo decir “Javi” acelera los
latidos de mi corazón y dibuja una sonrisa en mi cara, unos gestos y
unas caras que la distinguen del resto, y un montón de cosas más,
algunas indescriptibles, que la convierten en una mujer única y muy
especial. Es la mujer que toda mi vida soñé, podría decir que es
la mujer ideal. Además ella ocupa mis pensamientos la mayor parte
del día, y su recuerdo se me aparece en cada canción, cada frase,
todo me recuerda a ella (desde una colita (del pelo) hasta su propia
foto). No imagino mi vida sin ella; casualmente mañana se cumplen 6
meses de que la conocí en serio y la empecé a querer. En todo este
tiempo la llegué a conocer a fondo y aprendí a quererla muchísimo.
La historia no fue todo color de rosa, hubo momentos buenos y malos,
lindos y feos, excelentes y desastrozos. El final todavía no lo sé,
Dios quiera sea el mejor para los dos. Pero antes de pedirle a Dios,
tengo que agradecerle el hecho de haberla conocido y que le haya
puesto un sentido a mi vida. Al lado de ella maduré, vencí mi
timidez, aprendí muchas cosas de la vida, adquirí el gusto por
escribir cartas donde demuestre mis más hondos sentimientos y hasta
me inspiró una canción titulada “Agosto del 97”.
El lugar donde se va a festejar es
en mi corazón y se pide a la invitada de honor traer un corazón
dispuesto y una cuota de amor. La comida será el diálogo y el
postre se elegirá en el momento. No me falles, te espero ansioso y
con muchísimas ganas de verte. Te pido por favor que vengas, entres
en mi corazón y no te vayas nunca. Lo único que me queda por
decirte es que te re-contra-requete-re-quiero un montonazo y no te
voy a olvidar nunca.
Un beso enorme (de
acá hasta el cielo)
Javi
P.D.: Antes de escribirla tenía
miedo de arrepentirme después, pero vos me dijiste que te dijera
todo lo que sintiera sin guardarme nada, y eso es lo que hice.
P.D.2: Si algo de lo
que puse te incomodó, molestó o no te gustó, te pido mil perdones
pero no era mi intención.
Esa fue la última carta antes ponernos de novios. Durante los siguientes 20 años, cada 14 de febrero, intercambiamos cartas que daban cuenta de nuestro amor que crecía con el tiempo. Hasta hoy, donde le estoy por escribir otra carta... pero ya no podré recibir la de Ella.
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