Anoche tuve un sueño
de largos besos en un corto día
con mirada dulce invitando a despedida.
Anoche tuve un sueño
y desperté sonriendo sin querer
hacerlo
como recordando sin volver a verlo.
La noche se hizo larga en la vigilia,
el vino amenizaba la velada
con música y aire y una noche
estrellada.
Y Ella vino a mí, una vez más
Y Ella se hizo sueño en mi dormir
Y Ella se hizo estrella en mi camino
Y Ella se hizo ángel que acompaña.
Y ese beso extenso, hermoso y tierno
con esa mirada dulce invitando a
despedida
trajo paz, fortaleza y alegría
como símbolo eterno de su pronta
partida.
Y Ella se va pero se queda,
Y yo me quedo pero queriendo ir.
Y le digo:
Es que no estás porque ya te fuiste
Y estás aunque te hayas ido
Es tu ausencia presente
que no permite el olvido
Es tu presencia ausente
en mi corazón herido.
Y me dice:
Estoy aunque me haya ido
y aunque nada tenga sentido
yo vivo en cada recuerdo.
Por eso siendo ya tarde
vuelvo a saborear el vino
y la música y el aire y la noche amiga
deseando que Ella, ángel y estrella,
se presente sin aviso
en ese mágico reino
donde suelen confundirse
lo real, lo ideal y lo onírico
y me permita soñar,
vivir, rezar y amar.
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