Mary, fuiste la mejor amiga que tuve y nunca pudimos celebrar el día
del amigo solamente como amigos. Nuestra amistad nació, según
decidimos nosotros, el 15 de agosto de 1997. Y al 20 de julio
siguiente ya estábamos de novios... (Friend zone, ¡quién te conoce!). Y hoy es el primer día del
amigo, desde que empezamos a construir nuestra hermosa relación, que
no vamos a poder estar juntos físicamente.
Me fui a revisar algunas cartas viejas porque recordaba que me habías
compartido algo de lo que habías escrito en tu diario íntimo sobre
aquel 15/08/97, y lo encontré. Después de relatar las salidas del
15, 16 y 17, escribías lo siguiente: "antes de irme a dormir
quiero contarte que en el Tano encontré una persona muy especial y
que si seguimos así vamos a ser grandes amigos".
Qué
intuitiva eras, petisa. Aunque, en esta ocasión, creo que te gané...
Lo que sentí aquel día, al volver de aquella salida, quedará
registrado para siempre en la novela que estoy escribiéndote:
"Al dejar a Mauro en su casa, anteúltima parada del
recorrido, quedamos solamente Ella y yo. Entonces, haciendo gala de
caballero, la tomé del brazo para llegar caminando hasta su casa.
Nunca la había visto con otros ojos hasta ese momento. Me sentía en
las nubes. Caminaba como si fuese por el aire. Creo que Ella me iba
hablando sobre algún tema de bueyes perdidos. No me importó. No
podía escucharla. Ese día era la primera vez que llegaba tan tarde
a mi casa y encima enamorado.". Vos viste al gran amigo que
fui, y yo ya estaba mirando a mi futura novia, esposa y madre de mis
hijos. ¡Los dos a la final!
Un poema que te escribí ya casados, y que se titula “Nuestra
Vida”, comienza diciendo “La amistad es origen y pasado...”.
Y siempre supimos que nuestra relación nació en la amistad, aunque
yo buscaba algo más. Y esas horas compartidas, de charlas y
caminatas, de mates en la plaza, de pasarnos a buscar y acompañarnos
a casa, de compartir secretos e intercambiar consejos, de miradas y
sonrisas cómplices, fue base firme donde afianzamos toda nuestra
relación. Te extraño como esposa, madre, amante, compañera y
también amiga. Vos sabés que te sigo hablando e intento escucharte,
pero a veces se me hace tan difícil interpretar tus guiños y
señales. En algunas ocasiones ya juego de memoria, pero ante
situaciones novedosas, inesperadas, siento que me puedo equivocar por
el sólo hecho de no sentirte cerca como antes.
No recuerdo qué hicimos el 20 de julio del año pasado. Sí se que
celebramos nuestro primer aniversario de amistad un 15/08/98 y el
último, nuestro 20° aniversario de amigos, el 15/08/2017. El año
pasado te me fuiste un día antes... Así y todo, me tomo este rato
para poder decirte: ¡Feliz Día, Amiga! Ya volveremos a vernos.
Mientras, sosteneme, cuidame, orientame, acompañame, como siempre.
Como amiga... y más.
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