lunes, 6 de enero de 2020

Sueño de una Noche Estrellada de Verano

Es de noche. El cielo estrellado me tiene hipnotizado. Sopla una suave brisa que calma mi espíritu. Un aroma familiar lo invade todo. Tomo un mate. Y otro. Respiro aire puro e intento que recorra todo mi cuerpo. El tiempo pasa lentamente, o más despacio que de costumbre.
Una estrella brilla más que las demás y capta mi atención. La oscuridad de la noche se va iluminando a medida que me demoro en observar esa estrella. Parece que se mueve. O soy yo. O somos los dos. Aparecen unas nubes que pasan cerca, tapando otras estrellas. El cielo ya no está despejado, pero mi estrella sigue brillando. ¿Será la luz de una estrella que ya se apagó?, me pregunto.
Estoy sentado en una reposera azul. Miro alrededor y creo reconocer un patio gris. Al fondo veo algo de verde, como un pequeño jardín. Vuelvo a elevar los ojos al cielo y mi estrella sigue ahí, fiel, brillando. Esa estrella me invita a mirar al cielo nuevamente, y se lo agradezco con una sonrisa cómplice.
De pronto esa estrella se convierte en un ángel, y las nubes que la rodeaban se transforman en unas cataratas. Me lleno de paz. Una hermosa sensación que, ojalá, no se vaya nunca. Y me tomo otro mate. Y el ángel cierra los ojos, eleva sus brazos, y disfruta el sentir las gotas de agua que besan su rostro. Y experimento algo que puedo nombrar, a tientas, como felicidad. Casi que yo también siento el agua mojando mi cara...

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